sábado, 27 de septiembre de 2008

Avance de agricultura ¿sin límites?

En la región pampeana central, el avance de la frontera agrícola, que casi podría llamarse la "sin frontera de la agriculturización", cambió formas y normas de vida de las familias y poblaciones rurales.
El boom sojero que invadió a nuestro país, alcanzó a esta región, desalojando drásticamente a los tambos, a la cría de ganado, a las producciones de carnes alternativas como ovinos y porcinos, trayendo aparejado como consecuencia que las economías regionales perecieran en pos de las economías globalizadas.
Siendo esta región en la actualidad una importante productora de soja, la producción manisera se ha corrido más al sur de la provincia, hoy se produce en Córdoba, un porcentaje que oscila entre el 92 y 96 % de la producción nacional de Maní, para lo que se destinan aproximadamente 300 mil hectáreas, y el 90 % restante de suelos cultivables, se destina a la soja, lo que indica el desplazamiento y/o desaparición de otras producciones y de la diversificación.
Si bien, en la región se mantiene la misma producción lechera de hace 10 años, esta se ha concentrado notablemente, y ha desaparecido el 62 % de los tambos que hacían a su vez de eje motorizador de las economías locales en los pequeños pueblos, que fueron desmejorando su calidad de vida al cierre de los ferrocarriles, y muchos están hoy en agónica vía de extinción, por la despoblación de los campos.
El reemplazo cereales y forrajes, por la soja, cambió las producciones y por ende la oferta del mercado interno regional.

Como el cambio producido en el sistema, se realizó abrupta e impensadamente, sin estudios sobre aptitudes agroclimáticas zonales, impactos ambientales, economías regionales, sustentabilidad, cuidado de los suelos y consecuencias, las complicaciones y dificultades no son pocas, no sólo en el marco económico regional, sino en el productivo individual, haciendo difícil sostener en el tiempo el sistema.

Monocultivos o Independencia Alimentaria




Cuándo hablamos de sojización, término que desde algunos sectores se considera agresivo, es una referencia y reflexión a todo lo que trae aparejado para las regiones productivas el Monocultivo, en este caso nos referiremos a la soja, ya que ocupa la mayor superficie cultivable de nuestra región pampeana(zona centro).
Informaciones y publicidades interesadas que se transforman en mentirosas, MMCS, que dependen en gran parte de los ingresos publicitarios de grandes empresas, aparejadas al crecimiento económico que significan los arrendamientos y/o producción de soja, sin análisis profundo de las consecuencias, para los suelos del hoy y del mañana, para la producción sustentable, para las economías regionales, sin medir los impactos ecológicos producidos, la generación de biocombustibles, hacen que se conforme un todo que converge en un pedido a gritos de análisis profundo y sincero, para proyectar de manera urgente políticas productivas regionales, con proyecciones provinciales y nacionales, que permitan una real sustentabilidad y crecimiento sostenido de un país que incorpore a todos los sectores productivos.
El compromiso de todos los sectores, el aunar esfuerzos, ideas, proyectos, desde las instituciones sociales, los municipios, los productores encuadrados o no en alguna entidad gremial, es indispensable, ya que todos y cada uno de los habitantes de este país estamos involucrados directa o indirectamente con toda la producción ya sea agrícola o pecuaria.
La autonomía alimentaria, es una de las bases más fuertes e importantes para la consolidación de un país verdaderamente independiente, y Argentina puede darse el lujo de serlo, pero es indispensable elegir la autonomía, y dejar de ser lo que otros países desean que seamos, en beneficio de ellos y desmedro de nuestro real crecimiento.
La diversificación, la adaptación de producciones de acuerdo a los suelos y las condiciones climáticas, a las tradiciones lugareñas, la evaluación de las economías regionales sustentables, son temas inherentes a toda la productividad nacional y deben estar incluidas en las políticas globales nacionales, para lograr un desarrollo real que traiga aparejado crecimiento y fuentes de trabajo genuinas, para sostener e incrementar el crecimiento total del país con inclusión, produciendo alimentos al alcance de todos sus habitantes.